365 Tao #224, 10 de Febrero 2017: Indiferencia
Indiferencia
Para un verdadero maestro,
Sentarse en un trono
No es diferente de
Sentarse en el suelo.
Un verdadero maestro es indiferente a los modos de la sociedad. La ambición, el conocimiento y la religión son igualmente carentes de interés. ¿Por qué? Porque todas esas cosas están en la esfera de las definiciones humanas.
La persona santa trasciende toda identidad. Por lo tanto, riqueza o pobreza, bien o mal, violencia o paz no le hacen diferencia. Las dicotomías ya no son válidas para tal persona.
¿Encuentras esto difícil de creer? El grado en que encuentres esto difícil de aceptar indica el grado al que estás constreñido por el dualismo. La verdadera iluminación viene de entender la unicidad de toda realidad. Tal darse cuenta lleva a la percepción de que todas las cosas son verdaderamente iguales. Un maestro ve la nutrición y la enfermedad como lo mismo, la vida y la muerte como lo mismo, la moralidad y la inmoralidad como lo mismo. Si le das a los maestros algo que comer, ellos lo comerán. Si no tienen nada que comer, olvidan incluso que había tal actividad. No hay polaridad en sus vidas.
Nosotros, la gente común y corriente, no podemos hacer esto. Hacemos distinciones, nos defendemos a nosotros mismos y a nuestros territorios. Sólo nos sentimos seguros dentro de fronteras declaradas. Esa es la forma en que nos definimos a nosotros mismos, pero nuestras identidades son también nuestras prisiones. Sólo un maestro sabe el significado de la liberación y tiene completa libertad.
Para un verdadero maestro,
Sentarse en un trono
No es diferente de
Sentarse en el suelo.
Un verdadero maestro es indiferente a los modos de la sociedad. La ambición, el conocimiento y la religión son igualmente carentes de interés. ¿Por qué? Porque todas esas cosas están en la esfera de las definiciones humanas.
La persona santa trasciende toda identidad. Por lo tanto, riqueza o pobreza, bien o mal, violencia o paz no le hacen diferencia. Las dicotomías ya no son válidas para tal persona.
¿Encuentras esto difícil de creer? El grado en que encuentres esto difícil de aceptar indica el grado al que estás constreñido por el dualismo. La verdadera iluminación viene de entender la unicidad de toda realidad. Tal darse cuenta lleva a la percepción de que todas las cosas son verdaderamente iguales. Un maestro ve la nutrición y la enfermedad como lo mismo, la vida y la muerte como lo mismo, la moralidad y la inmoralidad como lo mismo. Si le das a los maestros algo que comer, ellos lo comerán. Si no tienen nada que comer, olvidan incluso que había tal actividad. No hay polaridad en sus vidas.
Nosotros, la gente común y corriente, no podemos hacer esto. Hacemos distinciones, nos defendemos a nosotros mismos y a nuestros territorios. Sólo nos sentimos seguros dentro de fronteras declaradas. Esa es la forma en que nos definimos a nosotros mismos, pero nuestras identidades son también nuestras prisiones. Sólo un maestro sabe el significado de la liberación y tiene completa libertad.
La meditación de hoy para el hemisferio norte es la #41, Resolución
Comentarios
No obstante, a alguien tan "común y corriente" como el que más y que no se considera maestro de nada, le exalta vislumbrar siquiera efímeramente la unidad del todo en cuanto soy y me rodea.
Desde entonces me cumplo en los demás, en el desasimiento del ego, en el aquí y ahora y en el eterno retorno, que es camino y meta a la vez.
Ahora solo me queda ser capaz de trasladar este arrobamiento a mis poemarios y novelas ;-).
¡Que tengas un buen día, estimada Karin!
Un abrazo a los/las dos.
Karin
Es un verdadero placer leer vuestras aportaciones. Gracias a ambos.